SECRETOS DE RIPOLL

Realmente, es poco o nada lo que sabemos de Catalunya. Todo nuestro conocimiento y las noticias que nos llegan provienen de Barcelona y de su inacabable cultura. Sin embargo, mucha de su riqueza histórica y artística se conserva en aquellos pueblos alejados de la versátil capital catalana. En ellos pareciera que el tiempo no hubiera hecho profunda mella en sus tradiciones ni en su arquitectura, plagada de monasterios y templos medievales. Y así lo advertimos en Ripoll, poblado a 104 km al norte de Barcelona.

Una Biblia de piedra
Si bien Ripoll conserva algunos de los edificios representativos del medioevo catalán, como la Iglesia de Sant Pere, las murallas de la ciudad o la Casa Budellers, es el Monasterio de Santa María la construcción más imponente. Su edificación se inició en el año 879 por mandato del conde Guifré el Pilós, y desde entonces el monasterio sufrió diversas modificaciones, ligadas al aumento de poder político, económico y jurisdiccional. Empieza, así, un largo período de bonanza que se vio interrumpido por el terremoto de 1428, causando severos daños al recinto y cuya restauración, en el siglo XV, la llevó a adoptar el estilo gótico.

Lo que particulariza a este monasterio es su monumental portada: un inmenso bloque de piedra con pasajes de la Biblia, esculpidos sobre ella como muestra del esplendor del arte románico. Acabada a fines del siglo XII, la portada tiene la forma de un arco del triunfo clásico, y el diseño de algunas de sus escenas fueron tomadas de las biblias de Ripoll, aquellos manuscritos medievales embellecidos con ilustraciones de los miniaturistas.

En el Medioevo, las portadas de las iglesias pretendían ser biblias ilustradas y contenían historias y enseñanzas religiosas para el pueblo, que no sabía leer. Lo irónico es que aquella lectura sin letras se ha perdido, y en la actualidad, pese a las investigaciones realizadas, aún existen ciertos pasajes simbólicos de los que se desconoce el significado.

Biblioteca de Europa
Otro de los atractivos de Ripoll es el Scriptorium, lugar donde los amanuenses y monjes medievales copiaban o traducían manuscritos, utilizando pergaminos, plumas de oca y tintas a base de tizne. Ubicado antiguamente en el Monasterio de Santa María, este espacio se convirtió en uno de los principales centros de irradiación cultural de Catalunya, pues contaba con una de las bibliotecas científicas más importantes de Europa. Ahora, el Scriptorium es más bien una exposición permanente cerca del monasterio, donde se imparten clases de caligrafía y paleografía, además de ciclos informativos sobre el mundo medieval.

Pese a su gran belleza, es poca la gente que visita Ripoll. Esto mismo ocurre con los demás pueblos no solo de Catalunya, sino también en otros puntos del globo, de los que poco conocemos, ya que por lo general creemos que el mundo es únicamente la moderna ciudad en la que vivimos.

Reinhard Huamán Mori
PUBLICADO PARA EL DIARIO PERUANO ‘EXPRESO’